Un temblor sorprende a los residentes, recordando la importancia de la preparación ante eventos sísmicos.

03 septiembre 2023 — A las 8:48 hora local (14:48 UTC) del 2 de septiembre, los habitantes de Jáltipan de Morelos, en el estado de Veracruz, se vieron sorprendidos por un sismo de magnitud 4.0, con una profundidad de 165.1 kilómetros. El epicentro del temblor se localizó a 41 kilómetros al sur de la mencionada ciudad, según información preliminar proporcionada por el Servicio Sismológico Nacional (SSN).

México, un país con una alta actividad sísmica, ha experimentado un promedio de 40 sismos diarios, lo que subraya la importancia de mantenerse alerta y preparado para este tipo de eventos. Ante la actividad sísmica de importancia, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) insta a la población a no caer en rumores ni noticias falsas, y a buscar información en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil locales, estatales y federales.

Tras un terremoto, es fundamental llevar a cabo una serie de medidas de seguridad, como verificar posibles daños en el hogar, utilizar el teléfono solo en caso de emergencia, no encender cerillas o velas hasta asegurarse de que no haya fugas de gas y estar alerta ante posibles réplicas del sismo. Además, se recomienda preparar un plan de protección civil, participar en simulacros de evacuación, identificar zonas seguras en casa, escuela o lugar de trabajo y tener una mochila de emergencia lista.

Durante un terremoto, mantener la calma es esencial. Busque una zona de seguridad y aléjese de objetos que puedan caer. Si está en un vehículo, estacione y manténgase alejado de edificios, árboles y postes. En el caso de encontrarse en la costa, aléjese de la playa y busque refugio en zonas elevadas.

México, conocido por su actividad sísmica, ha experimentado eventos memorables como los terremotos de 1985 y 2017, que causaron devastación en el país. Sin embargo, estos no fueron los sismos de mayor magnitud registrados en la historia moderna de México. El terremoto más poderoso en la historia mexicana, con una magnitud de 8.6, tuvo lugar el 28 de marzo de 1787 en Oaxaca, acompañado por un tsunami que afectó la costa. La historia sísmica del país enfatiza la importancia de la preparación y la vigilancia continua ante eventos naturales.

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