El 5 de octubre de 2021 marcó un antes y un después en la vida de Mayté Herrera Legorreta, quien perdió a su hijo Rubén, de tan solo 23 años, debido al suicidio. En lugar de quedarse en el silencio del dolor, Mayté decidió alzar la voz y emprender una misión vital: prevenir el suicidio a través de la comunicación y derribar los estigmas que rodean a esta trágica realidad.

Así nació la Fundación «Que se escuche fuerte mi grito», una organización dedicada a abordar el tema del suicidio sin tapujos y ofrecer apoyo a jóvenes que enfrentan ideas suicidas, así como a sus familias. La misión principal de esta fundación es la prevención del suicidio a través del diálogo abierto y el apoyo emocional.

En una entrevista, Mayté explica el propósito detrás del lema de la fundación, «Hablemos del suicidio sin estigmas». La idea es simple pero poderosa: al hablar abierta y sinceramente sobre el suicidio, no solo se brinda apoyo a quienes lo necesitan, sino que también se ayuda a eliminar el estigma y la vergüenza que a menudo rodean este tema delicado.

La fundación ha encontrado su espacio en las redes sociales, donde comparten experiencias, ofrecen apoyo emocional y fomentan la comunicación. Su página de Instagram cuenta con 230 mil seguidores, y han establecido tres grupos de WhatsApp con un total de 3,100 personas. Además, se realizan dos transmisiones semanales en Zoom donde personas con ideas suicidas, personas que han tenido intentos y sus familias pueden expresar sus sentimientos y escuchar a otros que enfrentan desafíos similares.

La Fundación «Que se escuche fuerte mi grito» también colabora con psiquiatras, terapeutas y otras instituciones para proporcionar el apoyo necesario a quienes lo necesitan. Mayté enfatiza la importancia de buscar ayuda profesional cuando se trata de ideación suicida, y subraya que las decisiones deben tomarse de manera consensuada entre padres e hijos, a menos que la vida de la persona esté en peligro inminente.

En el contexto del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebra este mes, la fundación busca sensibilizar y concientizar sobre la tragedia del suicidio, que es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años a nivel mundial.

Mayté Herrera Legorreta señala algunas señales de alerta que los padres y seres queridos deben tener en cuenta, como cambios significativos en los hábitos de sueño y alimentación, así como expresiones directas o indirectas sobre el deseo de morir. Enfatiza la importancia de escuchar a los jóvenes, comprender su entorno y no pasar por alto ningún cambio en su comportamiento.

En cuanto a las predisposiciones al suicidio, Mayté menciona que, en su experiencia, al menos el 60% de los jóvenes con ideación suicida o intentos previos han sufrido abuso sexual en su infancia. Sin embargo, también subraya que las causas del suicidio pueden ser diversas y que no se puede reducir a una única predisposición genética o emocional.

Finalmente, Mayté Herrera Legorreta destaca la importancia de desmitificar algunos de los conceptos erróneos sobre el suicidio, como la idea de que quienes expresan deseos suicidas no los llevarán a cabo o que, una vez que alguien ha sido dado de alta de un hospital psiquiátrico, ya estás fuera de peligro. En su opinión, la prevención del suicidio comienza desde la infancia, con la atención, el seguimiento y el apoyo emocional adecuados.

Este testimonio y la labor de la Fundación «Que se escuche fuerte mi grito» son un recordatorio de la importancia de abrir un diálogo honesto sobre el suicidio y brindar apoyo a quienes más lo necesitan. Juntos, podemos ayudar a prevenir esta tragedia y ofrecer esperanza a quienes luchan contra la oscuridad.