Apatzingán, Michoacán – Las fuerzas del Estado en México han logrado recuperar el control de la producción de limón en Apatzingán, una región que durante mucho tiempo estuvo en manos del crimen organizado. Esta exitosa operación marca el inicio de una nueva era de certidumbre para los productores de limón en la zona.

El gobierno de Michoacán informó que, gracias a la acción coordinada de las autoridades y las fuerzas de seguridad, se ha restablecido la producción de limón en Apatzingán. La operación incluyó la puesta en funcionamiento de ocho empaques y el corte de 300 toneladas de limón, lo que representa un paso crucial para recuperar esta importante industria agrícola.

El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Cuauhtémoc Ramírez Romero, experimentó los resultados positivos obtenidos a través de la seguridad institucional. Destacó la importancia de garantizar la cosecha y venta de productos agropecuarios, en particular el limón, que había estado bajo la influencia y el control del crimen organizado.

En la región de Tierra Caliente, se desplegaron 600 soldados con la misión de combatir a las células delictivas que se habían apoderado de la industria del limón. Estos militares recibieron órdenes precisas de garantizar la seguridad y el funcionamiento de la producción limonero, ya que el crimen organizado había implementado prácticas de extorsión y amenazas hacia los productores.

Los agricultores de la región de Tierra Caliente habían denunciado en repetidas ocasiones que los integrantes de cárteles les exigían pagos por hectárea y controlaban el proceso de corte del limón bajo amenazas de violencia. Este tipo de extorsión y el «pago de piso» también se había extendido a otras frutas, como el aguacate, en la región de Uruapan, que es una de las más productivas del mundo y genera ganancias millonarias anuales.

La recuperación del control de la producción de limón en Apatzingán representa un importante logro en la lucha contra el crimen organizado en México y brinda esperanza a los agricultores y productores de la región, quienes podrán retomar sus actividades sin temor a la violencia y la extorsión. La seguridad institucional se ha convertido en un aliado fundamental para proteger la industria agropecuaria y garantizar un futuro más seguro para los trabajadores del campo en el país.