Libia – El ciclón Daniel, con vientos de hasta 180 kilómetros por hora y precipitaciones torrenciales de hasta 250 mililitros por hora, ha causado una tragedia sin precedentes en Libia, con al menos 2,000 muertos confirmados, según ha anunciado un portavoz militar. Sin embargo, el número de desaparecidos se estima en hasta 10,000 personas, lo que agrava aún más la magnitud de la catástrofe.

Las lluvias torrenciales provocaron el colapso de dos presas, liberando un total de 33 millones de metros cúbicos de agua, que arrasaron zonas residenciales enteras y dejaron un rastro de destrucción a su paso. La ciudad de Derna, en el noreste de Libia, es la más afectada, donde aproximadamente una cuarta parte de la ciudad quedó devastada por las inundaciones después de la rotura de una presa durante la tormenta.

Hasta el momento, se han recuperado más de 1,000 cadáveres en Derna, y se teme que la cifra final sea «muy, muy grande», según declaró Hichem Chkiouat, ministro de Aviación Civil y miembro del Comité de Emergencia. Además, miles de personas siguen desaparecidas debido a las inundaciones que barrieron barrios enteros después de la rotura de presas en la ciudad.

La falta de recursos y el difícil acceso a las áreas montañosas han dificultado las tareas de rescate, lo que ha llevado a los equipos de rescate y ciudadanos a utilizar utensilios domésticos para extraer a las víctimas de los escombros y enterrarlas en fosas comunes en el cementerio de Martouba.

El presidente del Consejo Presidencial libio, Muhammad Manfi, ha declarado varias provincias de la región noreste de Cirenaica como «zona siniestrada» y ha hecho un llamado a la comunidad internacional para prestar ayuda humanitaria. Se ha coordinado con países como España e Italia para recibir apoyo, y compañías petroleras como Total y Eni se han comprometido a proporcionar aviones para asistir en la operación de rescate.

El primer ministro del Gobierno de Unidad Nacional, Abdulhamid Debiba, ha prometido que el Estado indemnizará a todos los afectados por las inundaciones y ha decretado tres días de luto en honor a las víctimas, además de ordenar que las banderas del país se bajen a media asta en señal de duelo. La magnitud de esta tragedia sigue conmocionando al mundo y requiere una respuesta urgente y solidaria para ayudar a las personas afectadas y sus familias.

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