Dubuque, Iowa, Estados Unidos – Durante un acto de campaña, el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hizo una impactante declaración al anunciar su intención de llevar a cabo la «operación de deportación nacional más grande en la historia de Estados Unidos» si fuera reelegido para un segundo mandato en la Casa Blanca. Esta declaración ha generado una gran controversia y atención en medio de su liderazgo en las encuestas entre los aspirantes republicanos para las elecciones de 2024.

Trump, conocido por su firme política antiinmigración durante su mandato anterior, reveló que planea restablecer y ampliar la prohibición de viajes a países de mayoría musulmana y buscar modificaciones en las leyes federales de inmigración si regresa al cargo. En su discurso en Dubuque, Iowa, arremetió nuevamente contra la política migratoria del presidente Joe Biden, al que culpó de la «catástrofe devastadora en nuestra frontera sur».

Si bien Trump ha expresado su posición en contra de la inmigración en el pasado, esta vez enfatizó su intención de implementar medidas más rigurosas si obtiene otro mandato presidencial.

En un contexto relacionado, la situación en la frontera sur de Texas ha generado preocupación. El gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró oficialmente una «invasión» debido a la llegada masiva de migrantes en la frontera con México. Abbott ordenó el despliegue de la Guardia Nacional de Texas, el Departamento de Seguridad Pública estatal y agencias policiales locales.

Además, Abbott anunció que utilizará su autoridad para intensificar las acciones en la frontera con México y prevenir el cruce ilegal de migrantes. Esto se produce después de que el alcalde de Eagle Pass, una ciudad fronteriza con Piedras Negras, Coahuila, emitiera una declaración de desastre en la zona.

La crisis migratoria se agrava a medida que aumenta el número de personas que intentan cruzar la frontera sur de Estados Unidos. Esto representa un desafío significativo para el gobierno, que lucha por demostrar que tiene el control de la frontera en medio de las críticas de los republicanos.

Desde el 12 de mayo, el gobierno de Estados Unidos ha expulsado a más de 253,000 personas de más de 150 países, en comparación con las 180,000 deportaciones durante el mismo período en 2019, antes de que la pandemia afectara su capacidad para expulsar a los migrantes. La política migratoria continúa siendo un tema candente en la política estadounidense y una fuente de división en el país.

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