Este Fin de semana, más de 100,000 ciudadanos israelíes se manifestaron en las calles de todo el país en contra de la controvertida reforma judicial impulsada por el Gobierno liderado por Benjamin Netanyahu. Estas protestas marcan la trigésima octava semana consecutiva de concentraciones en Israel, siendo Tel Aviv el epicentro de la movilización, donde se estima que se congregaron alrededor de 100,000 personas, y miles más participaron en distintos puntos del país.

La reforma judicial, objeto de la protesta, tiene como objetivo otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento del poder judicial, lo que los manifestantes consideran una amenaza para la democracia israelí y un paso hacia un Gobierno más autoritario.

En un momento en que Israel se prepara para celebrar el Yom Kipur, el Día del Perdón, que es la jornada más sagrada del judaísmo, los organizadores de las protestas lanzaron el mensaje central de «No hay perdón para la Dictadura», haciendo referencia al Gobierno encabezado por Netanyahu, que también incluye a partidos ultraortodoxos y ultraderechistas.

Shikma Bressler, una de las líderes del movimiento de protesta, enfatizó que las negociaciones entre Israel y Arabia Saudita para establecer relaciones diplomáticas plenas son una distracción diseñada para desviar la atención de la reforma judicial. Bressler subrayó que los ciudadanos israelíes, independientemente de su afiliación política, están unidos en su rechazo a ser engañados por el Gobierno.

El acuerdo potencial con Arabia Saudita ha suscitado preocupaciones en Israel, ya que algunos miembros del Gobierno han manifestado su rechazo a incluir concesiones hacia los palestinos en el pacto, un tema central para los saudíes. A pesar de los acuerdos anteriores con otros países árabes, como Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos, Netanyahu ha impulsado políticas autoritarias en el pasado, lo que aumenta la inquietud entre los manifestantes.

Las manifestaciones de este sábado reflejan la creciente preocupación entre los ciudadanos israelíes por el rumbo político y judicial de su país, y su determinación de defender la democracia y el Estado de derecho.

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