Un reciente estudio realizado en el Reino Unido ha arrojado nuevos hallazgos alarmantes sobre el COVID prolongado, destacando que esta enfermedad puede causar daños significativos en órganos importantes del cuerpo. El estudio, que se enfocó en personas que habían sido hospitalizadas por COVID-19, reveló que estas tenían más probabilidades de presentar anomalías en órganos como los pulmones, el cerebro y los riñones.

Las resonancias magnéticas utilizadas en el estudio mostraron que los pacientes con COVID prolongado tenían tres veces más probabilidades de tener anomalías en múltiples órganos en comparación con un grupo de control de personas que nunca habían contraído la enfermedad. Los pulmones fueron los órganos más afectados, con 14 veces más probabilidades de mostrar anomalías en los pacientes con COVID prolongado. Además, el cerebro y los riñones también presentaron anomalías significativas.

La gravedad con la que se desarrolló la enfermedad en los pacientes pareció estar relacionada con la extensión de los daños en los órganos. Aquellos que habían experimentado formas graves de COVID-19 tenían un mayor riesgo de presentar anomalías en los órganos evaluados.

La Dra. Betty Raman, una de las investigadoras principales del estudio de la Universidad de Oxford, destacó que la edad del paciente, la gravedad de su enfermedad por COVID y la presencia de otras enfermedades concurrentes desempeñaron un papel importante en la determinación de los daños en los órganos.

Estos hallazgos son parte de un estudio más amplio llamado estudio Phosp-Covid, que se centra en comprender los efectos a largo plazo del COVID-19 en pacientes hospitalizados. El estudio Phosp-Covid también vinculó algunos síntomas experimentados por los pacientes con COVID prolongado con los daños orgánicos detectados por las resonancias magnéticas, como opresión en el pecho y tos.

Sin embargo, no todos los síntomas de COVID prolongado pueden estar directamente relacionados con los daños en los órganos, y se necesita más investigación para comprender completamente esta compleja enfermedad.

El profesor Chris Brightling, de la Universidad de Leicester, que dirige el estudio Phosp-Covid, subrayó la importancia de comprender este síndrome conocido como COVID prolongado y cómo afecta a diferentes órganos. Además, señaló que estos hallazgos resaltan la necesidad de servicios de seguimiento multidisciplinarios a largo plazo para abordar la salud pulmonar y extrapulmonar, especialmente en pacientes que fueron hospitalizados por COVID-19. La investigación también busca desarrollar nuevas pruebas y tratamientos para el COVID prolongado.

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