En una conferencia de prensa realizada el pasado lunes, el ex canciller de México, Marcelo Ebrard, hizo anuncios significativos sobre su futuro político, que han generado un gran revuelo en la escena política mexicana. Ebrard señaló que este mes formalizará la formación de su propio movimiento político, planteando un desafío abierto a su actual partido, Morena.

El ex canciller dejó en claro que su permanencia en Morena dependerá en gran medida de la resolución de la Comisión de Honestidad y Justicia del partido, ante la cual presentó una impugnación respecto al resultado de la encuesta del partido. Ebrard expresó: «Si esas diferentes circunstancias que se dieron en el proceso se quedan iguales, pues yo ya no tendría interés de estar en Morena». Esta declaración plantea un «ultimátum» a su partido, dejando entrever su posible salida si no se resuelven satisfactoriamente las controversias en torno a la encuesta interna.

El ex canciller ha desconocido los resultados de la mencionada encuesta de Morena, que coronaron a Claudia Sheinbaum como la ganadora y le otorgaron la constancia que la acredita como coordinadora nacional de los comités de defensa de la Transformación. Ebrard ha argumentado que hubo irregularidades durante el proceso, comprometiendo la integridad de los resultados.

Durante la conferencia del 11 de septiembre, Ebrard detalló algunas de las irregularidades que él y su equipo han identificado, entre las cuales se encuentra el presunto proselitismo a favor de Sheinbaum desde la Comisión de Encuestas de Morena, así como el uso de recursos de la Secretaría del Bienestar en apoyo a la ex jefa de Gobierno.

En entrevistas posteriores, Marcelo Ebrard enfatizó su determinación de estar en la boleta electoral de la elección presidencial de 2024. Su futuro político y su relación con Morena están en una encrucijada que podría tener un impacto significativo en el panorama político de México en los próximos años.